Por Prof. Susana Ochetto, miembro asesor del equipo interdisciplinario de Fundación FEPAIS.                                             


Si mencionamos la palabra conflicto, es probable que nuestra concepción,  nos lleve quizá a adjudicarle alguna connotación negativa.

Analizaremos si es así. 

UN POCO DE HISTORIA

 Los conflictos en comunidades, pueblos, naciones y sus diferentes culturas se resolvían en el marco de la justicia privada, centrándose en la punición  y a través del poder absoluto de la clase dominante. Regía la Ley del Talión (tan grave es el delito, tan grave será la sanción: “Ojo por ojo, diente por diente”),  los castigos, que eran inhumanos,  el reto a duelo con diversas armas  y la muerte. 

Las guerras y sus consecuencias se sucedían, casi siempre,  por el ansia de poder y la conquista de territorios.

Las tradiciones de los pueblos originarios utilizaban y continúan eligiéndola, la modalidad  de los círculos proactivos y es el símbolo de muchas culturas en el mundo, llamándolos “Círculos de paz” “Círculos de diálogo,” Círculos de sanación”. En la escuela se les llama: Círculos restaurativos.

 El círculo, elegido para reunirse en la resolución de un conflicto grupal, no es meramente una reunión con sillas o almohadones en el suelo en forma circular, sino una manera de escucharse, de construir comunidad. No estamos reinventando, sino descubriendo un antiguo proceso que moldeó la comunidad humana. Muchas  comunidades continúan en la actualidad resolviendo sus conflictos sin recurrir a la justicia externa. Esta forma de disposición invita a conocerse, explorar, prevenir y resolver conflictos. A través de ellos, se forjan los líderes emergentes, se producen  acuerdos y se realiza su seguimiento. Esta modalidad de disposición ayuda a planificar, organizar y evaluar, dar la bienvenida, reconocer , agradecer y despedir  Estos círculos, según su enfoque, pueden ser, preventivo-proactivo, o reactivo de respuesta, pudiéndose implementar su uso en forma combinada. El primero se enfoca en forjar relaciones y desarrollar el sentido de comunidad, el  segundo, reparar el daño con acciones compensatorias concretas y restaurar las relaciones.


¿QUÉ NOS MUESTRA HOY EL MUNDO? 

  No todo ha cambiado sustancialmente en el mundo actual. Continúan las mismas contiendas, a pesar de los tratados internacionales,  los que a veces no se cumplen. Existen diversos motivos que   provocan, muchas veces, migraciones de pueblos enteros hacia otras comunidades en búsqueda de paz y bienestar.

Algunas culturas en el mundo no han modificado a través del tiempo sus prácticas de castigos y maltratos, siendo en muchos casos las mujeres, centro de injusticias y desigualdades.

   La interrelación de las personas, en todos los ámbitos y contextos, propicia la instalación de conflictos, por el enfrentamiento de intereses opuestos, miradas diferentes de una misma realidad, con quien detenta la autoridad y el poder legítimo, sin dejar de mencionar el conflicto interno, individual, de cada persona. El conflicto estará presente siempre, ya que es inherente al ser humano, a su condición como tal, siendo un modo de comunicación.


¿Y QUÉ SUCEDE EN LAS COMUNIDADES EDUCATIVAS CON LA CONVIVENCIA?

En la actualidad, se recomienda elegir en los establecimientos educativos,  tanto desde la presencialidad o  virtualidad, un nuevo paradigma, que se pone en práctica en algunos establecimientos educativos, señalando al conflicto como una oportunidad de cambio y aprendizaje acerca de las relaciones humanas, identificándolo como un proceso dinámico.

  La gestión  se enfocará en ese proceso, en el cual aparecen múltiples situaciones de  aprendizaje  y no atender en forma permanente al  resultado final, el cual se logrará, naturalmente, si se eligen las dinámicas y herramientas adecuadas para cada contexto  y situación, apelando a la creatividad. De esta manera se propicia la verdadera transformación.

Un conflicto, gestionado en forma adecuada, previene y evita  situaciones de violencia, las que son frecuentes en las instituciones educativas y es por eso que remarcamos siempre la necesidad de realizar acciones permanentes que tienen como meta educar para la Convivencia pacífica.

La gestión de conflictos, es aplicable a todos los niveles educativos, comenzando desde el Nivel Inicial y se implementará en los grupos, en forma individual o de a dos, entre los estudiantes, con los docentes, con todos los miembros del equipo de la institución y con las familias  y la escuela.

Es necesario que todos los integrantes de la comunidad educativa, conozcan e internalicen esta nueva mirada.


EI ROL DEL DOCENTE O FACILITADOR

Este será guía,  contención y nexo para la conexión entre los protagonistas del conflicto, ayudando a que, grupalmente, descubran el disparador del conflicto.  El facilitador necesita habilidades y cualidades específicas, sobre todo en el manejo de las emociones.  Deberá ser abierto y flexible, ganarse la confianza, saber escuchar atentamente, ser paciente y creativo, respetar los momentos de silencio, apreciar el sentido del humor, tener motivación por su rol, ser consciente de sus debilidades y trabajarlas, no juzgar y respetar la confidencialidad.

No olvidar nunca que los niños y jóvenes pueden no hablar, pero están siempre observándonos, por lo que daremos el ejemplo y seremos coherentes, debiendo velar por el bienestar de los integrantes.

Los estudiantes adolescentes, tendrán oportunidad de prepararse para ejercer el rol en su grupo o en otros, también puede elegirse, además del docente,  a un padre, una madre, e incluso a una persona ajena a la escuela.


LAS TÉCNICAS Y HERRAMIENTAS

Existen variadas técnicas para la gestión de conflictos, debiendo seleccionarse la más adecuada para cada contexto: ámbito familiar, escolar, laboral, organizaciones e instituciones diversas.

A veces es, necesario, cuando el conflicto no se resuelve en la inmediatez, apelar a nuevas dinámicas y herramientas sin claudicar. Es importante lograr la sostenibilidad.

El proceso les da la oportunidad a todos de conocerse,  y  generar empatía, que no es ponerse en el lugar del otro,  ya que el ser humano es único e irrepetible, una singularidad, sino que significa, comprender, lo que no es lo mismo que entender, sino, hacer propio lo que se comprende, internalizándolo con perspectiva. Prevalecerá lo colaborativo  en el acercamiento, desechando lo confrontativo.

La herramienta elemental en la gestión de un conflicto es la comunicación asertiva. la palabra pacificadora,  la escucha activa , el silencio y la gestualidad, cobran un gran significado.

La negociación, la mediación (Negociación asistida), las variadas técnicas de dinámicas de grupo como la dramatización de roles, son las herramientas y dinámicas más utilizadas.


ENFOQUE

Este es un enfoque humanista, por eso, cuando se comete un hecho de violencia, afectando a otros, como la sanción se agota en sí misma, entendemos que:                                        

  • no es culpa sino daño
  • no es imputación sino responsabilidad
  • no es confesión, sino reconocimiento,  que se enseña, se construye y se procesa

En estas premisas se sostienen las prácticas restaurativas, las que unidas a la buena gestión de la conflictividad,  actuarán  en forma preventiva para una convivencia pacífica.

Son múltiples los factores que influyen en la instalación de conflictos diversos, por lo que se hace necesario, educar en  valores, descartar los prejuicios, aceptar la diversidad,  establecer igualdad de oportunidades, sin dejar a nadie atrás, propiciar los aprendizajes para el buen uso de la tecnología en general y orientar a los estudiantes en el conocimiento y la práctica de los derechos humanos y las obligaciones.


GESTIÓN

Siempre se orientará en la búsqueda del consenso, lo que no significa renunciar a  las propias ideas, sino, propender al acercamiento entre las partes, aprendiendo a ceder. La idea es pactar entre los implicados y que la resolución a la que se llegue, satisfaga a todos o ambos,  en la medida de lo posible.

Es muy importante dejar los puntos a los que se ha arribado, bien claros, elaborando una hoja de ruta, donde consten, de manera detallada, las acciones que se deben llevar a cabo.

También, es importante contextualizar la situación, es decir, organizar el planteamiento de la gestión. Cada comunidad educativa, desarrollará su propio programa o proyecto, acorde con un diagnóstico de demandas y situaciones. La sostenibilidad es clave, siendo un proceso dinámico, no se abandonará la gestión, se buscarán nuevas técnicas y se respetarán los tiempos necesarios.


APORTES Y CONCLUSIÓN

El aporte de una  buena gestión de los conflictos, potenciados en este nuevo mundo en pandemia, como así también,  las buenas prácticas de reparación, llevan implícito el objetivo general de contribuir entre todos, a una nueva humanidad, instaurando, con compromiso y convicción,  políticas educativas y sociales, enfocadas en la formación ciudadana, para la libertad en democracia, la convivencia positiva, la armonía y  la paz. 


Prof. Susana Ochetto, miembro asesor del equipo interdisciplinario de Fundación FEPAIS.